SAN SEBASTIAN DE MARIQUITA
Biografía

PRINCESA LUCHIMA Y EL CACIQUE DE MARQUETÁ

LÍDERES INDÍGENAS QUE LUCHARON CONTRA LOS RECIEN LLEGADOS ESPAÑOLES

Uno de los primeros personajes de la historia del Municipio de San Sebastián de Mariquita fue el Gran Jefe Panche de la tribu de los Mariquitanes y conocido por los españoles como el Cacique de Marquetá. Altivo guerrero que lideró la lucha en defensa de su territorio contra las fuerzas españolas encabezadas por el Capitán Español Francisco Núñez Pedroso.

La Princesa Luchima era una mujer de belleza esplendor y de gran espíritu guerrero, tras la muerte de sus padres se convirtió en la pretendida y novia del Cacique de Marquetá, el cual estaba señalada para regir la tribu de los indios Gualíes.

En una de las arduas batallas con los españoles "La Princesa Luchima" logra escapar de las manos de Pedroso y acompañada de otros guerreros, tomó rumbo a la serranía de Lumbí donde se reunió con sus hijos Bocaneme, Calaima y Chapaima. Estos enviaron mensajes a otros grupos y tribus indígenas, logrando reunirse y organizar un gran festín por el reencuentro. Muchos lloraron y lamentaron la desaparición de sus seres queridos en la cruentas batallas con los Españoles y clamaron guerra por aquellos que estaban siendo ultrajados por los intrusos.

Los guerreros indígenas se organizaron para lanzar su ataque al fuerte español, y a pesar de saber su gran desventaja, atacaron de manera frontal sin darse cuenta que los españoles los esperaban armados con sus cañones y pistolas dejándolos acercarse al fuerte y, cuando ya los tenían en la mira, inició el fuego mortal sobre ellos, puesto que los guerreros no conocían el estruendo de los cañones que a la mayoría derribó, regándose nuevamente el valle de sangre y los pocos que sobrevivieron huyeron despavoridos.

Pedroso al sentirse dueño y señor de la situación ordenó abrir el fuerte encontrándose a la entrada a la "Princesa Luchima", quien armada con una lanza envenenada la envió contra el líder español hiriéndolo e insertándolo en su brazo izquierdo, cayendo derribado éste de su caballo. Mientras con dolor y rabia Pedroso gritaba: ¡Garreenla!, ¡No la dejen escapar!, ¡Cójanla!.

Los soldados se abalanzaron sobre ella logrando atraparla, mientras que Pedroso deliraba por el veneno que estaba haciendo efecto. El médico se lanzo sobre el español para hacerle una sangría y no dio resultado, pues solo la guerrera Luchima conocía el antídoto. Los españoles en su desesperación le preguntaron a la Princesa Luchima si conocía el antídoto pero ella respondía ¡No!.

Al no conseguir su propósito los españoles para salvar a su líder, comenzaron a torturar a la princesa amarrando tirantemente sus extremidades superiores, su brazo izquierdo al tronco de un árbol y el brazo derecho atado a la silla del caballo de Hernán Vanegas, quien cada cinco segundos lo hacia mover, desgarrando de dolor a Luchima, quién ni siquiera atinaba a quejarse.

Sin resultados nuevamente, los españoles ponen en la misma posición a Bocaneme pero él tampoco habló, en su desesperación uno de los españoles le corta una de sus manos y Luchima al ver como se desangraba uno de sus hijos decide hablar como neutralizar el veneno; entonces fue soltada y obligada a preparar el antídoto siendo probado primero por uno de sus guerreros.

Pedroso al ver la acción de Luchima se dio cuenta que no había diferencia entre ellos y los aborígenes.

Una vez curado el líder español y con sed de venganza por la agresión y sufrimiento a que fue sometido ordenó que le alcanzaran su espada, y con sus propias manos y en la vista de Luchima, secciona la mano derecha de su hijo Bocaneme, juntado y amarrando los dos brazos y la mano mutilada se la colgó en el cuello dejándolo libre y gritando de dolor lo expulsó del Valle.

Luchima nada pudo hacer, luego fue llevada a la habitación de Pedroso donde debía esperar al gran jefe español que le ensuciara el orgullo y el honor. Al darse cuenta de lo que sucedería, se encomienda a los dioses y acompañada por el espíritu de su hija Anca, la más bella de todas, le prende fuego al pequeño fortín, y se cuelga de una de sus varas para morir antes que el fuego la abrasara.

Era tanta la fiereza y el valor del pueblo Panche que, a pesar de tan crueles muertes, no pudo ser vencido y a pesar de la derrota, varios grupos guerreros comandados por Calaima y Chapaima se refugiaron nuevamente en la serranía de Lumbí.

Entre todo este relato lleno de valentía y dolor nace el "Mito de la Princesa Luchima", cuyo relato de los habitantes de Mariquita dicen que en el plenilunio aparece la Princesa Luchima, vestida y adornada como para una boda, posando sobre una gigantesca roca ubicada en el patio del club «Humatepa»

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2023-03-17 22:52:37
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